Castanyer de Can Cuch

Este castaño es uno de los árboles más impresionantes de todo el territorio español. Se encuentra en una finca particular de la familia Cuch, dentro del mazizo y Parque Natural de Montseny, en medio de un paisaje diverso en donde se dan representaciones de flora y fauna mediterráneas, eurosiberianas y boreales. Son tales su variedad y su valor que el 28 de abril de 1978 la UNESCO, a propuesta del órgano gestor y del comité español del programa MAB (Hombre y Biosfera), acordó declarar el Montseny Reserva de la Biosfera. Tiempo después, en 1987, la Generalitat de Catalunya lo declaró Parque Natural.

Cerca de un 90% de las más de 300.000 hectáreas de Parque son propiedad de la familia Cuch, una de las más antiguas, pues su nombre consta en escritos de titularidad con una antigüedad cercana a los 1.000 años. Por ello, esta familia tiene metida en las venas el amor a su tierra y el respeto y cariño por el patrimonio de sus antepasados. Si de algo se sienten especialmente orgullosos es de su castaño, pues no es sólo el árbol gigante del Montseny, sino también uno de los escasos ejemplares autóctonos de España que alcanza los 13 metros de perímetro. Pero las cifras record no quedan ahí. Cada año produce más de 200 kilos de castañas, pequeñas, pero muy dulces. Los 20 metros de diámetro de copa y los casi 31 metros de altura le dan el aspecto de un gran coloso, en cuyo increíble tronco, que está completamente hueco desde hace cientos de años, llegaban a caber hasta 39 personas y ha sido utilizado como cabaña e incluso casa que ocupaban temporalmente diferentes huéspedes. El último de ellos fue un carbonero que, allá por los años cuarenta del siglo pasado habitó en el castaño durante el tiempo en el que se elaboraba carbón vegetal en la finca; de seis a siete meses duraba el trabajo, y el carbonero vivía dentro de los 13M2 del castaño toda la temporada. ¡Tenía hasta cama y cocina dentro de su particular vivienda!

Pero sobre el castaño gigante se ciernen algunos problemas que a la familia propietaria preocupan bastante. Y es que está visto que los árboles singulares mueren, ya sea por abandono, ya por excesivo éxito. El turismo masivo, a veces incontrolable, deja los alrededores del castaño llenos de residuos, colillas encendidas y basura; además, con enorme falta de sensibilidad, muchas personas se suben a sus ramas o graban sus datos en la corteza de su tronco. Esto obliga a tener vigilancia casi permanente en el lugar y es tarea para la que la familia Cuch está sola y que realizan mediante turnos periódicos para poder mantener, a duras penas, un control sobre el árbol y su entorno. Además, las visitas de miles de personas a lo largo del año producen una erosión y compactación considerable del suelo, lo que afecta a las muchas raíces que se encuentran al aire, y provocan que el terreno circundante sea cada vez más escaso y de peor calidad. ¡Y no será por falta de protección legal! El castaño ha sido catalogado por la Generalitat de Cataluña pero, como está dentro del Parque Natural del Montseny, que depende de la Diputación de Barcelona, parece que entre unos y otros no se ponen de acuerdo y no se toman medidas para proteger uno de los monumentos vivos más impresionantes de nuestro territorio.




Fuente: Leyendas Vivas II - Obra Social Caja Madrid

0 comentarios: